Con ocasión del Jubileo de 2025, miles de fieles se reunirán en Roma el próximo 20 de agosto para participar en la peregrinación internacional organizada por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Este acontecimiento será también una ocasión privilegiada para visitar los lugares de la ciudad santa más queridos por Monseñor Marcel Lefebvre, lugares que fueron a menudo escenario de su vida, desde los años de su formación sacerdotal.
El 25 de octubre de 1923, Mons. Lefebvre llegó en tren a Roma para ingresar, con menos de 18 años, en el Seminario Francés en Via di Santa Chiara.
Desde Santa Chiara iba casi a diario al Palacio Gabrielli-Borromeo donde, en aquella época, se encontraba la sede provisional de la Universidad Gregoriana, posteriormente trasladada a otro lugar. El joven estudiante francés permaneció en Santa Clara durante todos sus estudios universitarios, incluido el doctorado en teología, hasta 1930, cuando fue nombrado vicario en una parroquia de Marais-de-Lomme (Francia).
Elegido por el Papa Delegado Apostólico para el África francófona en 1948, regresó a menudo a Roma para informar a la Santa Sede sobre la expansión de las misiones en los inmensos territorios confiados a su cuidado. Durante ese tiempo acudió a menudo a la Propaganda Fide.
Encontramos su nombre grabado, junto con el de todos los demás obispos del mundo que estuvieron presentes en la proclamación del Dogma de la Asunción de Nuestra Señora en 1950, en una pared de la Basílica de San Pedro.
Durante su mandato como Superior General de la Congregación del Espíritu Santo, se compró y renovó una antigua escuela de las Hermanas de María Auxiliadora en Monte Mario, que se convirtió en la sede del Generalato de los Padres Espiritanos en 1966.
Pero también hay otros lugares relacionados con la vida del obispo Lefebvre que merecen ser conocidos y visitados.
- Aparte de la ordenación sacerdotal y la consagración episcopal, Marcel Lefebvre recibió todas las órdenes sagradas en Letrán; algunas en la Iglesia del Seminario Romano, otras en la Basílica Papal adyacente.
- En los primeros años tras la fundación de la Fraternidad San Pío X tenía una habitación en Villa Lituania. Allí redactó la primera versión de los Estatutos de la FSSPX.
- En 1975, llevó a todos los seminaristas de Ecône en peregrinación jubilar a Roma. Como las puertas de las iglesias romanas permanecían cerradas para él, monseñor Lefebvre celebró la misa dominical en la basílica de Majencio.
- En 1977, fue invitado por la Princesa Pallavicini al Palacio Pallavicini para dar una conferencia sobre “La Iglesia después del Concilio”.
El prelado francés tenía claro que sus seminaristas debían sentir un gran amor por la Roma eterna, donde viven los sucesores de San Pedro. Por ello instituyó la norma de que sus seminaristas del hemisferio norte pasaran un mes en Roma antes de su ordenación sacerdotal. Y no es casualidad que una de las primeras casas que compró para la Fraternidad estuviera justo cerca de Roma: el Priorato San Pío X de Albano.
Participar en la peregrinación jubilar a Roma es, por tanto, no sólo un acto de piedad, sino también un testimonio vivo de pertenencia a la Iglesia católica y a su Tradición bimilenaria.
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